Esteban Maximiliano Andrada nació en San Martín, provincia de Mendoza, en la calurosa noche del 26 de enero de 1991. Siempre fue al arco, pese a que sus pies le funcionaban como para intentar algo en puestos mas avanzados. Sin embargo, el pibe tenía pasta para pararse entre los palos del equipo en donde jugaba su hermano mayor, Gabriel, El Aguja. Pocos saben que estuvo a punto de ser fichado por Banfield. Lo que todos conocemos, ocurrió cuando tenía 15: se fue a Lanús.
- “A cinco meses de su llegada a Lanús –2007, 2008– , subimos a Andrada a Primera. Siempre fue muy técnico y muy competitivo. No es tan demostrativo en sus gestos, pero para ir a buscar un centro a 15 metros de la línea de meta y participar en la posesión, hay que tener mucha personalidad. Le gusta participar de la gestación del juego” (José Romero, actual entrenador de arqueros de Lanús. También lo era cuando llegó Andrada desde Mendoza)
Las manotas de Agustín Daniel Rossi –nacido el 22 de agosto de 1995– tienen que ver con el inicio de basquetbolista, más que con las del estupendo arquero que hoy pretende luchar por el arco de Boca o ser el dueño del arco de algún otro equipo. A los 11 años, tiraba al aro en el Club 3 de Febrero, en San Andrés, muy cerca de Villa Maipú, el lugar donde se crió en el hogar de papá Horacio y mamá Nimia. Es más, en algún momento, el básquet había reemplazado al fútbol. Sobre todo, porque, si bien lo jugaba desde los 4 años, Agustín quería ser arquero, pero los entrenadores lo ponían “arriba”. Llegó a Chacarita muy chico y todo se dio muy rápido: en 2014, pasó de Quinta a Cuarta, de Cuarta a Primera, de suplente a titular, de pelearla a ascender. Por eso, tiene tatuada la fecha “18-11-2014”. Fue el día que Chacarita le ganó a Villa Dálmine 1-0 con un gol del Piojo Manso y ascendió a la B Nacional.
- “Agustín Rossi empezó en la escuelita de fútbol que yo tenía en San Martín. En el baby era 5, hacía un montón de goles, jugaba muy bien. Le sobraba para su categoría, la 95. Era muy completo: le pegaba con las dos piernas, cabeceaba muy bien, sobresalía por la altura. Cuando terminábamos el partido de la 95, el padre venía a buscarlo y él quería seguir jugando. Era imposible convencerlo de que tenían que jugar otros chicos. Entonces, se me ocurrió que jugara con los más grandes, pero que fuera al arco. Le decía ‘Agus, vos ya jugaste, dejá que ahora jueguen los otros chicos. Andá al arco un rato’. Lo increíble es que también jugaba muy bien al arco. Después lo llevé a Chacarita. Ahí también jugaba de volante. La rompía. Pero un día se plantó y amenazó con irse si no lo ponían de arquero. Evidentementemente, el arco es su lugar en el mundo. Es un gran pibe, muy trabajador, muy profesional. Lo recuerdo con mucho cariño” (Daniel Leani, ex goleador de Chacarita y Quilmes, descubridor de Agustín Rossi y principal artífice de su llegada a Chacarita)
La vida de arquero de Andrada no fue un lecho de rosas. La aparición fulgurante de Marchesín fue determinante para que quedara postergado y debiera irse a una especie de exilio a Arsenal, en el que la tristeza de no poder jugar en la Primera del Granate pareció afectarlo en su rendimiento. Sin embargo, y a la distancia, ese paso por el equipo de Sarandí fue muy importante para Andrada, porque jugó 48 partidos, tuvo una continuidad que Lanús no podía ofrecerle. En el Granate, la figura de Marchesín crecía de manera exponencial y sólo la salida del estupendo arquero de San Cayetano le dejaría el arco a Esteban.
- “A Andrada lo subí en mi primera etapa, pero también subí a Marchesín, que era un toque más grande (N. de la R.: Marchesín es categoría 88). Lo de Marchesín había sido una jugada arriesgada, porque en el club todavía estaba Chiquito Bossio y había llegado Caranta desde Boca. La jugada salió bárbara, contra todos los pronósticos. Pero, pese a que era el tercer arquero, sabíamos que Andrada iba a jugar en Primera. Si o si, iba a jugar en Primera. Tuvo una meseta en Arsenal, pero esa experiencia terminó siendo su trampolín. En el equipo de Almirón, encontró una estructura ideal para que fuera tomando confianza y expusiera lo que siempre insinuó. Y algo más: en mis 39 años de vida, no había visto a ningún arquero que saliera con la valentía y la decisión que sale Esteban a cortar el juego rival.” (Luis Zubeldía, DT de Lanús cuando Andrada subió a Primera y también, cuando el equipo granate llevó a Rossi)
Rossi llegó a Estudiantes como apuesta de la Secretaría Técnica, después de que aparecieran Lanús y el Pincha como interesados. “Es un arquerazo, pero en Estudiantes lo perjudicó lo emocional. Tuvo una relación complicada y eso lo desestabilizó. La salida hacia Defensa fue un alivio para todos”, dice Agustín Alayes, Secretario Técnico de Estudiantes y hombre de confianza absoluta del presidente Juan Sebastián Verón. En el momento de su arribo, el DT era Mauricio Pellegrino y el arquero titular, Gerónimo Rulli. Holan no estaba conforme con Gabriel Arias –actual arquero de Racing y entonces de Defensa–, y creyó que Agustín Rossi podría darle un salto de calidad. En Defensa, Rossi tuvo alguna continuidad y, nuevamente, se puso en la vidriera grande.
- “La idea de llevar a Rossi de Estudiantes a Defensa fue muy positiva. Es un gran profesional, un arquero muy moderno, muy completo, muy seguro de sí mismo, muy laburador. De ahi, saltó directmente a Boca. Agustín tiene grandísimas condiciones para el puesto, un potencial enorme” (Alejandro Kohan, PF de Defensa y Justicia en el momento en el que llegó Rossi)
- “Hay un rasgo común entre Andrada y Rossi: sacan pelotas en la llamada ‘Zona de Oro’, que es un cuadrado imaginario comprendido entre los postes y el punto penal. En ese lugar, se convierten la gran mayoría de los goles a nivel mundial. Tanto Esteban como Agustín sacan pelotas en esa zona. No lo hacen muchos. Evitan lo que los analistas llaman ‘goles esperados’. Este tipo de arqueros manejan estos parámetros y están por encima de la media. Puede ser que Andrada esté más consolidado por la cantidad de partidos, pero Rossi tiene todavía un largo trecho por recorrer y está muy encaminado hacia ese nivel” (Luis Zubeldía, actual DT de Lanús, promovió a Andrada a Primera División y tuvo a Rossi en gran nivel como arquero granate en la temporada 2019/20)
Andrada —Sabandija, para los amigos, por la forma en que lo llamaba la abuela cuando hacia travesuras– volvió de Arsenal a Lanús y se encontró con Jorge Almirón como DT. Los mellizos Barros Schelotto habían llevado desde Gimnasia al club granate a un ex compañero de Guillermo: Fernando Monetti. Se fueron los hermanos, vino Almirón.
- “Cuando llegué a Lanús, en 2016, había cuatro arqueros: Monetti, Avellaneda (hoy en Defensa y Justicia), Matías Ibáñez y Andrada, que había regresado de Arsenal. Esteban era el cuarto. De todos modos, lo habíamos visto en juveniles y sabíamos de su capacidad. Monetti la rompió el tiempo que fue titular y hasta salimos campeones en aquella final contra San Lorenzo. Pero en las vacaciones, Monetti se lesionó seriamente e Ibáñez se fue a Temperley. Ahí decidimos darle el arco a Andrada, que venía trabajando muy bien. Yo veo en Esteban muchas de las cosas que tiene Monetti y creo que aprendió mucho viéndolo. Andrada se afirmó, atajando y jugando. Cuando Monetti volvió, fue al banco. No había modo de sacar a Andrada. Ambos, Andrada y Monetti, son los arqueros argentinos que mejor entendieron la evolución del puesto. Están preparados para jugar en las mejores ligas del mundo” (Jorge Almirón, DT que llevó a Lanús a la final de la Libertadores 2017 con Andrada como arquero titular).
En cuanto llegó a Boca (enero de 2017), Agustín Rossi se encontró con una denuncia por violencia de género, algo que va en sintonía con aquello que contó Alayes sobre su fallido paso por Estudiantes por razones “emocionales’. Apenas había puesto un pie en Boca, tenía la oportunidad de su vida, llegaba para ser titular con apenas 21 años y un puñado de partidos en Defensa y Justicia y los diarios y los portales de internet hablaban de su acción violenta contra su pareja de entonces. De todos modos, la vida profesional de Rossi continuó y tuvo un debut amistoso contra Colón. Recién se puso la ropa de Boca de manera oficial el 11 de marzo de 2017 contra Banfield, en Peña y Arenales. Fue decisivo en el 2-0 con el que el equipo de Guillermo Barros Schelotto ganó el partido.
- “Agustín Rossi tiene una gran personalidad. Yo llevaba menos de un año como entrenador de Boca. Lo llevé para ser titular, con 21 años y sólo 11 partidos en Defensa y Justicia y se la bancó perfectamente. Fue muy grande nuestra apuesta por él. Pero, la verdad, yo lo venía siguiendo desde Chacarita. Estábamos en Lanús y recuerdo haberle dicho al presidente Marón que Andrada iba a ser el titular y Rossi el suplente. Chacarita pidió 800.000 dólares y ahí Marón se frenó. ‘Si fuera a ser titular, lo pago. Pero es mucha plata por un arquero suplente’. Finalmente, se lo llevó Estudiantes. Mirá lo que son las cosas que después se dio la chance de llevar los dos a Boca y Rossi, ahí sí, fue a Lanús. Increíble” (Desde Los Ángeles, Guillermo Barros Schelotto, el DT que apostó por Rossi en Boca)
Hubo un momento en el que los caminos de Agustín Rossi y Esteban Andrada se cruzaron en el arco de Boca. Rossi fue titular en 62 partidos, pero hubo uno que lo marcó y que le generó dudas a él y, lo que es peor, al entrenador y a la gente. A tal punto fue determinante, que uno googlea “error de Rossi” y aparece únicamente el gol de Palmeiras en la Copa Libertadores de 2018. Como casi todo lo que ocurre en Boca cuando un futbolista se equivoca, las críticas fueron crueles y, en el caso de Rossi, injustas. Fue cuando el presidente Angelici soñó con que Carlitos Tevez lo ayudara a convencer a Gianluigi Buffon a que se ponga la camiseta xeneize. Guillermo Barros Schelotto fue más terrenal. Sabía que no podía traer a Marchesín porque el Santos Laguna (hoy juega en el Porto) pedía un precio prohibitivo por su pase ni a Gerónimo Rulli, en ese entonces cómodamente instalado en el arco de la Real Sociedad. Entonces, Guillermo le dijo a Angelici “hay que traer a Andrada”.
- “A Rossi, el gol de Palmeiras lo mató, lo sumió en algunas dudas y decidimos traer otro arquero porque la cosa se había puesto difícil para todos. Conocíamos al Flaco Andrada de Lanús, sabíamos que podía ser el arquero de Boca. Cuando nos reunimos con Angelici, aparecieron los nombres de Marchesín y Rulli, pero eran inviables. Y, además, sabíamos que Andrada estaba bien, que había crecido, que era un excelente profesional y un gran tipo. No nos equivocamos” (Desde Los Ángeles, Guillermo Barros Schelotto, DT de Boca entre marzo de 2016 y diciembre de 2018).
- “Ves a atajar a Andrada y, por su elasticidad, parece Kobe Bryant, Michael Jordan, LeBron James… Es arte lo que hace en el arco: anticipa, es ágil, tiene buen saque con las manos, técnicamente es muy bueno. Lo que hace Andrada me divierte, que es algo que no me pasaba desde la época de Chilavert. Y no tengo nada que ver con el presente del pibe, lo digo como espectador del fútbol” (Luis Zubeldía, DT de Lanús)
Esteban Andrada tiene 29 años y entiende que su destino europeo tendrá pocos vuelos más. De todos modos, aquí no se habla de eso –se resolverá o no–, sino de la calidad de arqueros que tiene Boca. Es probable que Andrada pierda en la comparación con Armani en lo determinantes que uno y otro fueron para sus equipos en situaciones límite. Mientras el de River tuvo atajadas muy importantes contra Racing, Independiente, Gremio y Boca en la Copa de 2018, Andrada falló en la final con Tigre y en el partido contra River en el Monumental, en la ida de las Semifinales de la Copa Libertadores 2019. Y es extraño, porque si uno analiza ítem por ítem a Andrada y Armani, es muy probable que el de Boca saque alguna ventaja. Tiene mejor juego con los pies, sus salidas del arco a romper juego son superiores a las de su colega millonario, es más ágil, tiene movimientos hasta más estéticos. Pero, hasta acá, el que hizo milagros fue Armani y Andrada no. Tal vez, basado en un razonamiento similar a este, Lionel Scaloni, el DT de la Selección Argentina, tiene, al menos hoy, al de River como titular y al de Boca como suplente.
Agustín Rossi tiene un estilo más parecido al de Andrada, ya que estamos con este juego de comparaciones. Como nos dijo Leani, tiene excelente juego con los pies y gran agilidad en la zona más compleja del área, donde se definen el 90 por ciento de las jugadas. Rossi pasó una prueba de fuego como arquero de Boca. El club trajo a Andrada para sucederlo y esto –que seguramente le generó la idea de irse a Lanús en 2019– no lo derribó anímicamente. Cuando Andrada se rompió la mandíbula en el partido de ida con Cruzeiro, entró y se afirmó. En la ida de la final con River, fue una de las figuras. Las ventajas que tiene hoy Rossi es su edad –tiene cuatro años menos que Andrada– , que aún no encontró su techo y que ya tiene 62 partidos jugados en el arco de Boca, amén de que viene de sumar continuidad en Lanús, donde fue titular en 20 partidos en 2019/20.
Boca tiene dos arqueros de un nivel excepcional, más Javier García, experimentado, aunque con poco rodaje en los últimos dos años. Le sobra, se le cae la jerarquía de los bolsillos en ese puesto. Habrá que ver si ese arco, uno de los más grandes y más complejos del mundo, sigue teniendo en convivencia a estos arqueros o pierde a uno de los dos. Sea como fuere, que Boca tenga a estos dos arqueros en el plantel, habla de que, en su momento, el entrenador hizo dos grandes elecciones, de un pensamiento de futuro que hoy Boca disfruta y sabrá sacarle el provecho económico correspondiente. En Boca, a veces, tanta locura, tanta obsesión, no deja pensar con claridad. Habría que revisar ciertas cuestiones de la periferia ry otras que, directamente, están dentro del club, revoloteando como cuervos en busca de la carroña.
Andrada y Rossi son el futuro que ya llegó. Es una pena que solamente haya lugar para uno.
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