En cuanto el tal Derlis González (21 años, ex Rubio Ñú, Benfica, Guaraní y Olimpia, hoy en el Basel suizo) hizo el primer sprint, todos sabíamos que ese partido de fantasía del primer tiempo en el que Argentina ganaba 2-0 casi sin transpirar había terminado. Y todos sabíamos que en ese nuevo partido que iba a jugarse en el complemento –con Paraguay más adelantado y, por ende, más abierto– con sólo ser preciso y ordenado Argentina podía conseguir cifras de asombro. Pero no sólo no lo consiguió, sino que Paraguay llegó en la misma proporción y se lo empató. ¿Qué pasó, entonces?
Del cambio de estilo de la Era Martino se habló hasta el hartazgo, pero la realidad es que hay un claro cambio. El equipo tiene mucho la pelota porque el DT convoca jugadores para eso. Está Messi, pero Leo estuvo siempre. Está Agüero, pero el Kun también estuvo siempre. Lo mismo corre para Di Maria. A diferencia de la Era Sabella, Banega cuenta con una consideración mayor del entrenador. Digamos que el dúo Banega – Pastore tiene características para la posesión eterna de la pelota, incluso con la floja prestación del ex jugador de Huracán en el primer tiempo. Son futbolistas con cualidades naturales capaces de llevar adelante la idea del Tata. Esta es la diferencia mas clara con la etapa anterior. Hubo quienes al cabo del primer tiempo, con Argentina ganando 2-0 y llevando adelante la idea inicial de buena manera (aunque con escasa profundidad), se sintieron «recompensados».
Ramón Diaz avisó lo que iba a hacer ante todos los micrófonos que se le pusieron delante. «Voy a jugar con las lineas bien cerca, no hay que dejarle espacios a Messi ni al Kun ni al resto», dijo el Pelado. En ese primer tiempo, Paraguay presentó un 4-5-1, porque Haedo Valdez se metía entre los volantes cuando Argentina tenía la pelota. O sea, casi siempre. Richard Ortiz sufrió mucho ese juego argentino de tenencia y precisión y Ramón lo sacó en el entretiempo. Tuvo lógica: Paraguay perdía 0-2. ¿Para qué mantener a un volante de marca? ¿Por qué no probar con uno que juegue, que vaya y que lastime? A esa altura, el partido estaba perdido. Y entre 0-2 y 0-4, la verdad, no hay diferencias.
El problema fue que con el partido 2-0, Argentina entró en el ritmo agotador del cuadro paraguayo, impuesto por Derlis González. Ramón y Emiliano, con la entrada del 10 albirrojo, «rejuvenecieron» al cuadro guaraní. Le dieron una vitalidad que ninguno de los veteranos a los que apostaron ni el propio Ortigoza pudieron darle. Y Argentina, en lugar de retomar la posesión del primer tiempo y quitarle ritmo, se prendió en el ida y vuelta. Es cierto que el cuadro de Messi llegó más y muy claro en el complemento, pero también lo hicieron los paraguayos. Ahí la cosa ya no es tan fácil de explicar. Porque las llegadas al arco rival son llegadas al arco rival, pero la sensación era que las de Paraguay eran tejidas pase a pase, de banda a banda, muy cómodo, sin que se notara presión de los volantes argentinos. Nuestras situaciones de gol, en cambio, solamente las elaboraban Messi (hizo un partido excelente) o, en menor medida, Agüero.
En un momento de ese preocupante segundo tiempo, los volantes paraguayos –sobre todo, nuestro conocido Ortigoza– empezaron a jugar y a pasar la linea de nuestros medios con una facilidad asombrosa. Garay y Otamendi, que hasta entonces sólo se habían limitado a rechazar algún que otro centro, se vieron en problemas con Santa Cruz de espaldas y Haedo Valdez de frente. Y Chiquito Romero, que había participado nada más que en alguna acción en la que se la pasaron sus compañeros, le sacó un tremendo remate a Haedo Valdez. El segundo disparo del jugador del Eintracht Frankfurt se clavó en el ángulo. Todos pensamos que el 1-2 –utópico en el primer tiempo, muy posible en el segundo– iba a despertar a Messi y sus muchachos. Pero no fue asi. El gol del 1-2 fue a los 14 minutos. Martino hizo los primeros dos cambios recién a los 30, cuando resolvió los inexplicables ingresos de Higuaín y Tévez. Sobre todo, porque sacó a Pastore y Agüero, que estaban enteros y jugando mas o menos bien.
El mensaje del entrenador argentino es preocupante. Si al convocar a Tevez se siente obligado a ponerlo o si la historia de Higuain en la Selección le provoca lo mismo, es mejor que no los llame. Porque los jugadores que están como suplentes están en ese lugar para entrar si hace falta y para cumplir funciones especificas. Ver a Carlitos Tévez jugando de 5 bis o a Higuaín tirado a un costado y perdiendo siempre con los defensores paraguayos nos provocó una sensación de vacío. Y, por qué no decirlo, de empate paraguayo. Baena estaba fundido desde los 15 del segundo tiempo y Biglia recién lo reemplazó a los 35. El volante ex Boca y Newell’s se cansó y jugó 20 minutos corriendo y perdiendo a los rivales. Di María no está bien. Tanto es así, que ni siquiera es titular en su club. Fideo es crack, es un jugador increible, pero los futbolistas no siempre están bien. Y Di María está mal. En la noche fría de La Serena, eligió mal el pase en el 80 por ciento de los casos. Sin embargo, Martino no lo tocó, aún cuando perdió un pelota en la puerta del área y Paraguay casi empata con un taco de Marcos Cáceres.
Si uno tiene en cuenta que es el partido debut y que todo está por delante, no debería preocupar demasiado. Pero la equivocada lectura que Martino hizo del partido es lo que llama la atención y es lo que ahora nos desvela. El cambio loco de Tevez por Pastore teniendo a Biglia en el banco y con el partido como estaba, aceptar posteriormente que «cuando no controlamos el partido entramos en el golpe por golpe» y no cambiarlo, son síntomas de que algo no está claro. Nunca –sea el estilo que fuere– es aconsejable el trámite de ida y vuelta cuando uno tiene ventaja en el marcador. De acuerdo al estilo, hay que jugar con esa ventaja. Y de acuerdo al estilo de Martino, hay que tener la pelota, «defenderse con la pelota», dirían los amantes del juego de posesión. No hizo nada de esto. Empezó a fajarse con el rival y terminó todo machucado.
Alguno dirá que «los que juegan son los jugadores» y es cierto. Pero los entrenadores son decisivos. Ramón Díaz arriesgó y ganó. Martino prefirió ser conservador. Tuvo temor de tocar alguna pieza y de que las cosas no funcionaran, mientras el equipo crujía por todas partes. Le faltó audacia, curiosamente.
Y así le fue.
https://www.youtube.com/watch?v=AtZCE8V7PP0
https://www.youtube.com/watch?v=by1zVpbjAjQ
MARTINO SE EQUIVOCO AL ENTRAR EN EL JUEGO QUE NECESITABA PARAGUAY EN EL SEGUNDO TIEMPO PARA NO SEGUIR PASANDO PAPELONES. PROPONER EL GOLPE POR GOLPE FUE UN ERROR, PORQUE ACHICANDO EL LRGO DEL EQUIPO, Y TENIENDO LA PELOTA, ESE PARTIDO SE GNABA Y POR VARIOS GOLES. LOS CAMBIOS FUERON INEXPLICABLES. LO SACO A PASTORE PORQUE ES PASTORE. Y LA ENTRADA DE TEVE EN ESA POSICION FUE INEXPLICABLE. AHORA SI LO VA A SEGUIR PONIENDO POR PRESION DE LA TRIBUNA ESTAMOS AL HORNO. BANEGA DEBIO SALIR PRIMERO Y LUEGO DI MARIA. QUIZAS BIGLIA Y LAVEZZI HUBIERAN SIDO MAS NECESARIOS. SE PERDIO UN PUNTO Y TAMBIEN LALINEA.
Me cuesta entender lo que quiso hacer Martino con los cambios. Que Tevez juegue en esa posicion no agrega nada. Es mas se necesitaba tener el control de la pelota y cerrar el partido con alguna contra con Carlitos mas de punta. Higuain sigue lento e impreciso como en el mundial. El equipo entro en una variante que no conviene en cambiar golpe por golpe, justo ante un equipo que se especialuza en eso con su juego aereo. Ante Uruguay se debe mostrar mas aplomo y certeza en la definicion.
Difícil entender que Pastore juegue de 8 y Banega de 10? Quién ayuda a Masche en el medio en la marca? Para hacer el 2 1 sobre la derecha rival se necesita que Rojo recorra 70 mts para ayudar a Di María? Si dió buenos resultados por qué no seguir con Di María de volante (con más marca que Pastore y con mucho menos recorrido que Rojo para ayudar al Kun) con Messi, Higuain y Agüero adelante. Biglia o Pereyra, alguien de marca ayudando a Masche y en defensa, si el equipo terminó sólido en el mundial con Demichelis-Garay por qué probar con Otamendi? Si lo van a usar a Tevez como buen reemplazo tiene que ocupar su lugar y no de 5 bis, así no sirve. Ya lo vimos en Alemania ayudando a Sorín de 3 bis. Son demasiadas preguntas para un solo partido y sin tener en cuenta que la posesión de la pelota no fue fundamental en el 2 a 0 ya que el primer gol fue error del defensor y el segundo un penal inventado, ninguno llegó por una jugada hilvanada. Lo único bueno es que hay tiempo para resolver esta encrucijada si es que se tiene la mente clara como para ver los defectos. Abrazo
Perdí toda la fe en Martino cuando perdimos con Brasil 2 a 0 con goles de «Tardelli» hace unos meses. Ese partido puso solo a Mascherano de 5 y a Pereyra y Lamela a los lados. Brasil jugando con medio equipo de desconocidos.
No me gustan los DTs vende humos que chamuyan con la zanata del estilo de «jugar bien».
Me hace acordar al Checho Batista.
Da la sensación que Messi pasará por la selección pudiendo contar solo dos años y medio de trabajo lógico (Sabella). Martino ya no es el que dirigía a Paraguay, sinceramente veo una severa involución en su manera de dirigir.
Saludos Chavo!