Diego Chavo Fucks

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Diego Chavo Fucks

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12 de octubre de 2024

INDEPENDIENTE TIENE LA IDEA, PERO NO EL JUEGO

 

EL DUEÑO. Federico Mancuello es lo único que no se discute hoy en Independiente. El equipo no está en crisis, pero los números no le cierran y su gente no lo perdona.
EL DUEÑO. Federico Mancuello es lo único que no se discute hoy en Independiente. El equipo no está en crisis, pero los números no le cierran y su gente no lo perdona.

Los defensores más radicales de ideas de juego y estilo como las de Jorge Almirón suelen desmerecer a los jugadores para salvar la ropa del entrenador que les gusta. Y resulta que en el último libro de pases, Independiente gastó casi 90 millones de pesos en jugadores. Seguramente, no tiene los valores individuales que tiene Boca, seguramente no llega a los apellidos lustrosos de River o San Lorenzo, seguramente no tiene la paz de campeón de Racing. Hace un año, Independiente penaba por canchas impresentables contra equipos de los cuales hubo que explicar de qué color es su camiseta. Independiente, el de las finales con el Inter, Juventus y Liverpool. Independiente, el de la victoria sobre el Santos en el Maracaná y los tres goles a Cruzeiro. Ese mismo. Independiente atravesó un solo año en la B Nacional, pero para llegar a esa instancia hubo mucho mal camino recorrido. Y hoy, cuenta con futbolistas por lo cuales ha batallado con otros grandes y puso un jugador en la Selección tras 19 años. Pero el coro de salvadores de Almirón sigue diciendo preguntándonos en los debates futboleros “qué querés que haga el entrenador con esto jugadores”.

Hugo Moyano es el presidente de Independiente y es claro que por lo que representa en la política y el sindicalismo no despierta una simpatía masiva como podría hacerlo, por ejemplo, la relación y la obra de Marcelo Tinelli con San Lorenzo. A Moyano no se le reconocen como a Tinelli “las cosas que hace por el club”. En primer lugar, porque Moyano hizo agua en el tema fútbol cuando debió responder. “Cuando era chico me gustaba Grillo y el mejor fue Bochini”, dijo el líder de los camioneros. Recitó las dos primeras páginas de un imaginario manual del hincha del Rojo y no dijo nada más. En cambio, Marcelo habla del Lobo Fischer, de Albrecht, se expresa con propiedad sobre características de jugadores que llegan o que se van del Ciclón. Tampoco está bueno el protagonismo que retomó la barra de Independiente, desde que Moyano es presidente. Esto se ve como lógico, si se tiene en cuenta el personaje. La Buteler (parte importante de la barra brava de San Lorenzo) ha visitado Ideas del Sur más de una vez, pero esto se cuenta menos. Marcelo tiene un perfil y una llegada a la gente que lo ponen a cubierto de ciertas miserias.

Moyano es uno de los más encendidos defensores de la continuidad de Almirón. Y es mas que respetable. Fue una buena decisión de la CD roja apostar por un entrenador joven y casi desconocido por el “gran público” futbolero y, sobre todo, por una cara nueva. Independiente necesitaba que algún dirigente se pusiera la ropa de tal y se jugara por una idea, por el famoso proyecto. Después discutimos sobre la idea. Podemos discrepar, podemos acordar, pero discutir una idea es el primer paso que Independiente dio hacia un futuro mejor. Ni Julio Comparada ni Javier Cantero querían a Américo Gallego. No les gustaba nada de él. No les gustaba su manera de expresarse, sus modos para dirigirse a los jugadores, su manejo del plantel, su poca contracción para seguir de cerca el trabajo de inferiores. Sin embargo, ambos trajeron al Tolo en determinado momento para calmar a la gente. Esta Comisión Directiva, hasta el momento, no cometió ese error. El estadio se cae en silbidos y gritos reprobatorios cada vez que Almirón cruza la cancha para ir al banco. Pese a todo, los principales dirigentes están a muerte con él. En el horizonte rojo, están Argentinos, Banfield, Boca y Racing. Estos cuatro partidos serán clave en la vida de Almirón como DT de Independiente.

EL PRESIDENTE. La imagen no lo ayuda, la omnipresencia de la barrabrava del club tampoco. Hugo Moyano está haciendo una conducción cuidadosa de algunas formas y es el principal sostén de Almirón.
EL PRESIDENTE. La imagen no lo ayuda, la omnipresencia de la barrabrava del club tampoco. Hugo Moyano está haciendo una conducción cuidadosa de algunas formas y es el principal sostén de Almirón.

En el comienzo de 2015, en el libro de pases previo al torneo de 30 equipos, Independiente logró algo que hacía tiempo no conseguía, que es el haber ganado disputas con otros grandes por algunos jugadores. Nicolás Tagliafico, por caso, era pretendido por River y, en menor medida, por Boca. Lucas Albertengo llegó tras una dura puja con San Lorenzo y algún interés de Racing. Gustavo Toledo también era pretendido por otros clubes grandes e, incluso, con chances de irse al exterior. Pero llegaron a Independiente, como en los viejos tiempos en los que este club se manejaba con la “libreta de almacenero” y las cuentas cerraban por todas partes. Diego Rodríguez es un excelente jugador, pero llegó envuelto en desconfianza porque el DT repitió la fórmula de convocar a jugadores que conocía –preferentemente de paso previo por Godoy Cruz y/o Defensa y Justicia, clubes en los que tiene mucha influencia Cristian Bragarnik, su representante– y esto, salvo en el caso del Torito, no le dio los mejores resultados. Basta con ver lo que han hecho Emanuel Aguilera y Claudio Aquino. El caso de Juan Martín Lucero –también de la escudería Bragarnik– es diferente. Llegó a Independiente apenas ascendió y venía precedido de una temporada extraordinaria en la que había convertido 24 goles. Pagó un alto precio en el traspaso de un club modesto a uno grande. En su primer semestre, estuvo en 16 partidos y sólo hizo 4 goles. En lo que va de la temporada, sólo estuvo en 2 partidos y no convirtió. Almirón lo tenía como titular y acompañante ideal de Albertengo. Duró poco porque ni el entrenador ni la gente le tuvieron paciencia. El problema es que tampoco rindió José Valencia y Claudio Riaño, que de la noche a la mañana se convirtió en “el 9 de Independiente”, está más cómodo llegando que siendo referencia de área. Escribiendo estas líneas y ustedes leyéndolas, seguramente están pensando en Penco. A Penco lo descartó la Comisión Directiva, pero Almirón no mostró mucho entusiasmo para que siguiera. Si uno se remite a los goles importantes que hizo el grandote ex San Martín de San Juan y Chicago, haberlo cambiado por Valencia aparece como un despropósito.

SIEMPRE IGUAL. Una característica de este tramo de Independiente es que los goles que recibe son bastante parecidos. Volantes presionados que pierden la pelota, defensores mal parados, arquero que no cubre bien. El gol de San Lorenzo tuvo todo eso. El bombazo de Villalba entró junto al primer palo. No llegan Tagliafico ni Tula.
SIEMPRE IGUAL. Una característica de este tramo de Independiente es que los goles que recibe son bastante parecidos. Volantes presionados que pierden la pelota, defensores mal parados, arquero que no cubre bien. El gol de San Lorenzo tuvo todo eso. El bombazo de Villalba entró junto al primer palo. No llegan Tagliafico, Tula ni Cuesta.

Las responsabilidades del entrenador son varias. Aguilera llegó a Independiente por el cupo que se abrió por la grave lesión de Gabriel Vallés. Venía de no jugar en Godoy Cruz. El DT que el Tomba tenía entonces, Carlos Mayor, no lo utlizaba porque lo consideraba volante y creía que tenía mejores jugadores que Aguilera en ese lugar. El arco de Godoy Cruz fue el más goleado del Torneo Inicial 2014 y, en esa defensa goleada a mansalva, Aguilera no jugaba. Saltar de eso a titular de Independiente es uno de los grandes misterios que tiene el fútbol. Algunos hablan de un pasado de “caudillo y capitán” en Defensa y Justicia. Pero Independiente es diferente. Cualquier equipo grande lo es. Relean el caso Lucero.

Al tomar la irreprochable decisión de prescindir de Rolfi Montenegro, Almirón necesitaba un futbolista “de experiencia, pero que ordene el vestuario. hay muchos pibes”. El DT consideraba que Rolfi no lo hacía e Insúa, que sí era referencia, no estaba para jugar en el nivel que él pretendía. Al margen, pensar que a Independiente le va como le va porque el entrenador decidió no contar con Insúa ni Montenegro es absurdo. En ambos casos, aunque a los hinchas les duela, Almirón tuvo razón.

El jugador “de experiencia y que sume” resultó ser Emiliano Papa. Almirón insistió mucho con su llegada. Además, Tagliafico todavía estaba en Banfield y parecía quedarse ahí por mucho tiempo. El representante del ex lateral del Taladro no quería vendérselo a Independiente porque temía que los dirigentes no le cumplieran los pagos. El técnico sabía esto. Por eso, la llegada de Papa fue providencial y, también por eso, cuando le dijeron que estaba Tagliafico sólo respondió: “Ya tenemos uno en ese lugar”. “Lo traemos igual. Es un jugador con gran poder de reventa y nos costó mucho”, le contestaron. Almirón entendió todo y lo aceptó. Le gusta mucho Tagliafico, pero, como líder de grupo, hizo malabares para explicarle a Papa por qué lo trajo si al mes iba a llegar otro en su puesto. En los primeros partidos, trató de que los dos tuvieran lugar, pero la gente no le tuvo paciencia a Papa y el DT tampoco. Después de algunos partidos, lo sacó. Eligió a Tagliafico como titular. El ex Banfield aún no repitió en Independiente sus rendimientos en el Taladro que en cada libro de pases lo tenían como uno de los más buscados.

PAPA. Almirón lo pidió mucho porque entendía que el plantel necesitaba "un grande que fuera líder positivo". Pero después llegó Tagliafico y tuvo que explicarle por qué lo sacaba. Puso a los dos juntos, pero a los pocos partidos el ex jugador de Vélez salió del equipo titular.
PAPA. Almirón lo pidió mucho porque entendía que el plantel necesitaba “un grande que fuera líder positivo”. Pero después llegó Tagliafico y tuvo que explicarle por qué lo sacaba. Puso a los dos juntos, pero a los pocos partidos el ex jugador de Vélez salió del equipo titular.

Todavía no apareció Federico Mancuello en este análisis y, la verdad, no debería aparecer. Es el único que está fuera de toda discusión. No fue Almirón quien lo corrió al medio, sino Ricardo Zielinski en el paso del jugador por Belgrano. Pero el mérito del DT Rojo es grande. Lo ubicó como interior, lo soltó y, así, se convirtió en un futbolista de elite.

Hay tres chicos en los que Almirón cree: Matías Pisano, Martín Benítez y Francisco Pizzini. Hasta el momento, ninguno de los tres le respondió como esperaba. Es cierto que el caso de Pisano es diferente. Llegó desde Chacarita, recomendado por Bochini y tuvo activa participación en el equipo que ascendió. Pero su posición de “extremo derecho zurdo” ya no causa sorpresa. Todos saben lo que va a hacer y, la única vez que se animó a desbordar por afuera y tirar el centro de derecha, fue gol. Pero no lo hace casi nunca. Para colmo, los rivales siempre atacan por ahí porque saben que Pisano no hace la banda.

La otra discusión, la final, acaso la más acalorada es la de “la idea”. Independiente tiene un loable repertorio de posesión, prolijidad, orden, presión y llegada. La idea se discute porque el equipo no juega bien o juega bien un rato, como contra San Lorenzo. Tiene mucho la pelota cuando es local, pero llega poquísimo al arco rival en proporción a lo que toca y toca. A San Lorenzo le impuso condiciones, pero erró al arco. Y eso es fatal. Los partidos se ganan con goles. “Salimos a jugar igual en cualquier cancha”, “hace tiempo que Independiente no intenta un estilo así”, “estamos jugando bien” son sólo algunas frases sueltas de Jorge Almirón. Pero Independiente está en el puesto 11 y, a diferencia de River, Boca, San Lorenzo, Racing, Huracán y Estudiantes, no tuvo doble competencia. Y si esto sucede, algo pasa. No alcanza con explicar “la intención”, “la idea”, “el estilo”. Sabemos que hay una idea, sabemos que se busca una identidad. Pero también hay una tabla de posiciones, hay una exigencia de cuadro grande, hay una cancha que se llena con 50.000 fanáticos fin de semana por medio y ahí hay que entregar algo más que buenas intenciones. Hay que hacer coincidir la idea, el estilo y los goles. Cuando los goles no aparecen, todo lo demás –por injusto que parezca– se pone en duda.

Hasta el momento, Independiente está fracasando en esa búsqueda. Todos los goles que le hacen son parecidos, el rival siempre tiene una, dos o tres situaciones claras, cuando pierde la posesión sufre porque tarda y le cuesta recuperarla, el previsible cuando ataca, no tiene –salvo Albertengo– delanteros que aseguren una eficacia acorde a las necesidades de un equipo grande y, en general, Almirón no acierta con los cambios.

Independiente no está en crisis. No hay que exagerar. Hay una idea y una decisión institucional de que el equipo juegue de determinada manera. Se gastó mucho dinero en refuerzos para que esa idea se lleve a cabo. Y está muy bien que se apueste por un modo y un estilo.

Pero la pelota no entra, el equipo no gana y la gente se impacienta. La combinación es letal.

A veces, hasta las buenas ideas se estrellan con la realidad.

 

 

Diego Chavo Fucks

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