Las imágenes que ayer puso al aire Fox Sports sirvieron para darle cuerpo a ciertos modos de la idiotez. Alguno pensará que no es ningún idiota. Que lo hizo por motivos políticos bien claros, con el único fin de perjudicar a Daniel Angelici, el atribulado presidente de Boca que intentó explicar, una vez más, por qué el fútbol argentino (fue Boca, pudo haber sido cualquiera) dio vergüenza en todos sus estamentos.
El nombre y apellido de Adrián Napolitano anda dando vueltas hoy por todos los medios. Como suele suceder en el picoteo de los medios que horada la cabeza de los pobres ciudadanos desprevenidos, El Panadero –así es su apodo– pasó a ser el culpable de todas las desgracias del fútbol vernáculo. En este individuo, encontramos todos los males habidos y por haber: «lo mandó Digón», «Es de Beraldi», «Está con Amor Ameal», «Es un barra de Lomas», «Lo mandó Di Zeo», «Tiene negocios en La Salada», «Tiene negocios en La Saladita», «Maneja los Los Trapitos» (grandes «enemigos» de la clase media), «Mauro Martín», «No es barra, es un boludo».
Adrián Napolitano no es lo que se dice un buen pibe. Es un imbécil, pero no difiere demasiado de otros tantos miles que invadieron los estadios de fútbol en todas sus formas y colores. Napolitano y un secuaz llamado Federico Blanco rociaron con un químico a los jugadores de River que venían saliendo del túnel y los lesionaron seriamente en ojos y piel. Honestamente, dudo que hayan pensado en la suspensión del partido. No creo que tengan la inteligencia suficiente para semejante elucubración. Esto de agredir a los visitantes en el túnel es más viejo que cualquiera de nosotros. Lo veíamos en el ascenso hace 30 ó 40 años. En las imágenes la movida se ve como algo organizado. Y tal vez lo sea. Pero no es nada que un hincha de los tantos que van hoy a los estadios no hubiese hecho. El hincha actual está desesperado por figurar, por agredir al que usa una camiseta diferente, no reconoce méritos ajenos, culpa al afuera de los problemas internos, no sabe de autocrítica, conoce poco del juego, «nos robaron», «molestamos», «odian que ganemos», «quieren que perdamos». Además de esto, están las redes sociales, donde no hay filtro ni identidad y estas miserias quedan expuestas al mil por mil.
No culpemos a la sociedad. La gente no sale de su casa a echarle gas pimienta en los ojos a otras personas. El intendente de La Plata, Pablo Bruera, se levanta a la mañana todos los días y va a su despacho para trabajar. En cambio, en la cancha de Boca es un energúmeno que insulta a un puñado de jugadores indefensos y atacados por dos cobardes. Supongo que el poco agraciado señor que hizo volar el famoso drone con el fantasmita tiene su trabajo, sus amigos y su familia. Pero va a la cancha y sólo busca trascender. En medio del caos, con futbolistas heridos de un lado y otros pensando sólo en el partido, el tipo lanza el drone para que se hable del drone. Dudo de que anda por su barrio lanzando el drone todo el tiempo. Allí debe ser un pibe normal.
El Vasco Arruabarrena es un muy buen tipo. Lo conozco hace más de veinte años. Sin embargo, el día del conflicto mostró un gran egoísmo, no dio la talla como líder de grupo. Se peleó con el presidente de River, presionó al árbitro para que el partido siguiera y no movió un solo dedo para que sus jugadores se acercaran a los de River para intentar una salida más o menos normal, en medio de un montón de «napolitanos» que arrojaban botellas. ¿O ustedes creen que son diferentes Napolitano y Blanco de los que arrojaban botellas o del que lanzó el drone o del nerd que molestó todo el primer tiempo con un puntero láser? No, son todos iguales. Hay muchos de la platea y el palco que se sacarían fotos con Di Zeo y Martín. De hecho, Napolitano fue uno de los que le arrojó un cartel de publicidad al entonces DT de Independiente, Cristian Díaz, durante un partido de Copa Sudamericana que se jugó el 22 de agosto de 2012. Estaba en un lugar privilegiado del estadio, cuyo precio no puede pagar cualquiera. Aquella vez se dijo «los vamos a expulsar del club, los tenemos identificados». Se ve que no.
Sería un reduccionismo imperdonable creer que habiendo encontrado a los autores materiales de la agresión a los jugadores de River se terminó el problema. Sin ir más lejos, legiones de hinchas de Boca y algunos dirigentes se pasaron el fin de semana tratando de que creamos que el «gas» lo había tirado un policía y que Chiarini lo acusaba.
Me preocupa cierto relax en todos los estamentos del fútbol y, sobre todo, en la sociedad futbolera a partir de conocer al autor material. Es como si le hubiésemos tirado carne fresca a lobos hambrientos. Querían un nombre y algo que lo probara. Fox Sports lo entregó anoche. Es un gran documento periodístico, pero de ningún modo acaba con el bochorno del 14 de mayo de 2015.
Hay una errónea idea de que «muerto el perro, se acabó la rabia». Napolitano y Blanco son dos emergentes de la famosa «cultura del aguante» que el fútbol sufrió en los años 90 y que creció con el correr del tiempo. Percibo que se habla demasiado del incidente de Napolitano y Blanco, de las guerras políticas intestinas de Boca y poco de todo lo que sucedió posteriormente. Se la pasan hablando del fútbol inglés y el fútbol inglés actual se construyó tomando medidas drásticas en la que mucha gente quedó afuera. Acá nadie quiere quedarse afuera y se meten a la fuerza. La imagen de las plateas de Boca el último jueves fue patética. Las imágenes de padres cantando canciones en favor de la marihuana y la cocaína con sus hijos de la mano o compartiendo el mismo espacio es una imagen triste, deplorable, decadente. Los pasillos de las plateas llenos de gente que había pagado mucho dinero por un lugar o de gente que se coló son tan bochornosas como otras tantas que vivimos en el nefasto 14 de mayo. Antes de cada partido, los campos de juego son una mugre, están llenos de cholulos que ganaron premios, fotógrafos, camarógrafos, asistentes, «intendentes», «encargados de seguridad», un par de figurones entregando una plaqueta y, en medio de todo eso, futbolistas intentando hacer el calentamiento.
Los barras tiene sus negocios y será muy difícil cortarlos, a menos que se tomen brutales medidas políticas, sociales y penales. Los dirigentes de fútbol acaban de rechazar un proyecto de ley que incluía penas a los clubes por incidentes en las adyacencias de los estadios, así que el asunto va para rato, suponiendo que a alguno le interese avanzar. El juez Manuel de Campos, uno de los pocos magistrados que se metió en serio con la relación Dirigentes de Boca – Barras (Megacausa Boca), acaba de ser separado de la causa.
Estos son los problemas reales que tenemos en el fútbol. «La sociedad» y «Napolitano» son dos chupetines que nos dan para que nos entretengamos y nos olvidemos por un rato de lo esencial, de lo que no se toca, de lo que no cambiará nunca jamás.
Napolitano es un entretenimiento momentáneo para que resumamos en él a los miles y miles de hinchas que se deformaron y convirtieron al espectáculo del fútbol en una orda de gente que cree que pasión es esta porquería de cada semana.
https://www.youtube.com/watch?v=pJaLYQj7NM0
Excelente Chavo, no siempre estoy de acuerdo con lo que decís pero esta vez comparto 100%, me gustaría los periodistas impulsen una campaña invitando a todos los dirigentes de los clubes para q emitan propuestas concretas (bien concretas) para acabar con la violencia y los barras. Abrazo
Para pensar en un cambio radical River y Boca deberían haber sido los propulsores de un cambio en el mundo del fútbol. Dos grandes oportunidades perdfidas. Ya no creo q
River y Boca deberían haber sido los propulsores de un cambio en el mundo del fútbol. Cuando River descendió incendió su estadio, y las sanciones fueron menores. La semana pasada lo de Boca fue escandaloso. Angelici (primero desaparecido de escena) diciendo que va a acatar las decisiones de Conmebol y luego apelándolas, culpando a todos pero exceptuando a la barra, al operativo por Boca montado, y a sí mismo. Orión y Osvaldo yendo a ver a los jugadores de River y luego uno saludando a los barras y otro tuiteando que 5 gordos le robaron la ilusión a su sobrino (en lugar de culpar a los responsables directos) Toda una platea impidiendo durante 2 hs. que puedan salir los jugadores afectados y arrojándoles botellas. El árbitro y la Conmebol sin dar respuestas inmediatas, y luego ésta rectificando una sanción ejemplar por otra económica, ya que la deportiva (pérdida de puntos) era factible que ocurriera igual porque en los 45′ restantes, 2 de los 3 resultados posibles favorecían a River. Tampoco es cierto que el partido se haya perdido en un escritorio. No fueron bengalas ni drones los que causaron la pérdida de puntos. Fue una agresión a los futbolistas que competían. Y también, una parte del periodismo exhortando a la continuación del negocio, que era la prosecución del juego. De postre jugadores de River en desafortunada foto alusiva a un triunfo teñido de dolor. Dos grandes oportunidades perdidas para que primero los visitantes y luego la familia, podamos volver a disfrutar sin temores del mejor espectáculo del mundo.
Hoy escuché todo lo que dijeron en «90 minutos». sinceramente no me parece imposible encontrarle solución al problema del fútbol actual. es mas. De tomarse solo 2 medidas ya se notaría un cambio enorme y acotaría el radio de acción de los barras dentro de un estadio, y tambien no entiendo porque aún no se tomaron dichas medidas, que son:
1- las personas qu ingresen al estadio deben hacerlo sin portar bolsas, bolsos o paquetes. por ende quedarían prohibidos bombos, banderas, etc.
2- que todos los espectadores estén sentados. Claro, se reduciría la capacidad de los estadios, pero es mejor «esto» a seguir con el caos actual.
¿porqué nunca se tomaron este tipo de medidas? sinceramente no lo entiendo.
sobre esta base, incorporando otras medidas creo que se solucionaría este problema. ojalá no esté pecando de ingenuo.
y como muestra de la estupidez aparece un candidato a presidente a decir que no entiende porqué River se aprovechó de la situación y no quiso jugar los 45 m restantes. Candidato a presidente y habla como hincha y para los hinchas y/o para eventuales electores.
dificil
Todo muy bonito Señor Chavo Fucks.pero hay algo que se olvida.en esta editorial y es nombrar a todos los clubes,del mundo porque esto no es un problema de la Argentina River tiene por ejemplo una Barra Brava y es una de las mas Temibles del futbol argentino con varios muertos en el camino,Racing con su Baara Imperial San Lorenzo con al Bouteler y podemos seguir nombrado a Barras Bravas que no teminariamos mas pero hay otros Barras Bravas y no son los que van a la cancha sino algunos colegas suyos que en esta semana han dicho una sarta de barrabasadas, como por ejemplo que Sudamerica perderia la plaza por Boca y eso es mentira,el problema del futbol yo lo dije hace mucho tiempo se soluciona con poner limites pero no con alambrados olimpicos sino con una educacion que sale primero del hogar y despues de la escuela,sabe usted que una Celadora de mi escuela el miercoles pasado antes del partido que fue el jueves me insulto diciendome BOsta de mierd….y otras cosas mas una mujer y adentro de un colegio,entonces paremos un poco la mano y veamos la paja en nuestro ojo porque es facil tpar la mugre propia con mugre ajena es decir me va a decir Usted que D’onofrio no sabe que es su club no hay Barras River fue sancionado como lo es ahora Boca por las muertes si la justicia no es justa no es justicia,por eso para terminar es muy buena su editorial pero no se olvide,que todo el futbol es una porqueria con campeonatos de 30 equipos con referis que cobran cosas que no existen y con dirigentes que se aprovechan de una situacion para sacar provecho.
Le aclaro no justifico la agrsion pero tampoc justifico la pena que le dieron a Boca Boca no puede ser el ejemplo los demas tambien tienen que darlo.
me parece ó en el programa que estas al mediodia nadie dijo una palabra del lio con la FIFA , Blatter y los profugos de TyC…que pasa ?? censura ?? autocensura ???