«Bianchi no encuentra el equipo». «Boca no tiene identidad». «Los jugadores de Boca no tienen categoría para ponerse la camiseta azul y oro». «Bianchi está grande». «Los dirigentes quieren echar a Bianchi». «Bianchi no ve la realidad». «Boca jugó bien». «Boca es un desastre».
Hace más o menos quince días que venimos escuchando frases como las encomilladas y algunas más. Las frases llegan desde lugares desinteresados, pero, también, desde sitios influyentes en donde a Carlos Bianchi no lo quieren. El corazón de la dirigencia de Boca no tiene espacio para el DT más ganador de la historia xeneize. Nunca lo tuvo, en realidad. Bianchi llegó a Boca por tercera vez porque la gente lo pidió en aquel recordado «Cabildo Abierto» de la Bombonera del 8 de diciembre de 2012. Esa tarde, los hinchas –un poco por convicción y otro tanto por operaciones de prensa fenomenales– atacaron la idea de la renovación del contrato de Julio César Falcioni (ganador de un título por 12 puntos, finalista de la Copa Libertadores y ganador de la Copa Argentina) y le hicieron saber al presidente que querían a Bianchi. Y así como «el pueblo gobierna sólo a través de sus representantes», en los clubes, los dirigentes representan a socios e hinchas –aunque sólo los eligen los socios– y deben dirigir la institución, no salir corriendo detrás de los clamores. A veces, gobernar es tomar decisiones que, a priori, parecen impopulares. Pero es mejor seguir las ideas propias que llevar adelante otra idea que no convence.
Traducido en nombres: Angelici jamás quiso en el club a Riquelme ni a Bianchi. Se puede disentir o acordar con esto. Pero lo que se debe exigir es que vaya y se los diga. Ya Angelici como tesorero de Amor Ameal se había parado de manos ante la renovación de un oneroso contrato por 4 años para Román. Es más, esa disidencia con el resto de la CD motivó que Angelici se fuera de su lugar y se presentara como opositor en las elecciones de fines de 2011. Angelici ganó y dejó en su lugar a Falcioni, que venía de ganar el Apertura 2011 por 12 puntos. Más allá de algunos chispazos, Boca llegó a la final de la Copa a mediados de 2012. Vino un mal semestre –el último de 2012– y la gente se cargó a Falcioni, ya apalabrado para continuar. Y Angelici tuvo que traer a Bianchi. Y, poco después, se le apareció Riquelme «para ayudar a Bianchi y sufrir juntos». Pelo y barba. Palito, carambola y tronera. Bingo.
De ahí en más, todo fue pérdida. Tal vez, con más responsabilidades de Angelici y su CD y Carlos Bianchi. Mal que mal, Riquelme hizo alguna cosa diferente al resto y, en algunos partidos, sacó a flote a un barco que no paraba de hundirse. Pero ya sin Riquelme, Boca gastó más de 10 millones de dólares en refuerzos. Voy a ser muy honesto: creo que Meli, Echeverría, Chávez, Castellani, Fuenzalida, Carrizo y Calleri son buenos jugadores, con condiciones para jugar en Boca. El problema es que Boca es un mal equipo. No tiene la famosa identidad, no tiene funcionamiento y cuesta encontrar cuál es la idea. Es un error periodístico muy común hablar de un equipo «sin ideas». Siempre un equipo, por más modesto que sea, tiene una idea. Después, podrá llevarla a cabo o no, pero hay una idea.
En el caso de Boca, cuesta saber cuál es. Y el mensaje que llega desde el técnico no es claro. ¿Por qué Carrizo juega pegado a la raya si es el único que puede hacer alguna diferencia en el mano a mano? Si la mejor versión de Castellani en Godoy Cruz era de enlace, ¿por qué no probarlo en ese lugar y, en cambio, retrasarlo y perjudicarlo? ¿Por qué fueron reemplazados todos los defensores salvo el Cata Díaz, que es claramente el más flojo? ¿Por qué no darle a Gigliotti la oportunidad de estar acompañado por Chávez, si durante mucho tiempo su suerte de goleador dependió de una bajísima prestación del Burrito Martínez? ¿Un partido es suficiente para evaluar a Fuenzalida, que hasta integró un plantel mundialista? ¿Boca quiere tener la pelota o prefiere explotar por los costados? ¿Quiere jugar con tres cincos o pretende dos carrileros con recorrido? Si quiere dos carrileros con recorrido, ¿por qué los volantes externos de la derrota con Estudiantes fueron Erbes y Carrizo? ¿Por qué el 5 sigue siendo Bravo y no Erbes o Meli? A propósito de Meli, ¿por qué inventar sobre la marcha poniéndolo de volante izquierdo si en Colón siempre fue doble cinco y, a lo sumo, lateral derecho en unos pocos partidos? ¿Por qué Meli, que entró seguramente para controlar a Auzqui, terminó parado al lado del cinco y jugando de doble cinco, si después tenía que volver al lateral izquierdo? Demasiadas preguntas para tan pocas respuestas.
Desde que están Bianchi y sus colaboradores (enero 2013), Boca sumó más de 70 lesiones musculares, de esas que no son una «desgracia», sino que tienen una causa clara. Desde que está Bianchi, Boca tiene más goles en contra que a favor, ganó, empató y perdió en la misma proporción, no está en la Copa Libertadores (todavía, aunque lograron inventar una final con Vélez) y se aferra a la Copa Sudamericana como si de ello dependiera la vida o la muerte.
Escucho en la radio que se reunieron Angelici y Bianchi y que Bianchi sigue. «Bianchi pidió un partido más», me dicen. «Angelici le dijo que cree que el ciclo está acabado», me agregan.
Ahora vuelvo a escuchar y ver: «Echaron a Bianchi». La CD conminó a Angelici a que, de una vez por todas, hiciera lo que tenía ganas de hacer en junio y no se animó porque «perder a Riquelme y Bianchi juntos es un costo político demasiado alto».
Tal vez, la carrera de Bianchi como entrenador haya terminado anoche, en cuanto traspuso por última vez el portón de Del Valle Iberlucea. La historia le guarda su enorme y brillante lugar. No se le corrió ni un milímetro, a pesar de este brutal fracaso.
La carrera política de Angelici y de toda la CD está en jaque, con riesgo serio de jaque mate si sus próximas decisiones no le dan a Boca lo que Boca no tiene hace tiempo: Paz y fútbol.
Chavo, muy buen aporte sobre lo que pasa en boca, yo como hincha, lo unico que puedo decir que lo unico que bancan a bianchi y en su momento a riquelme son los que van a la platea. Esos mismo que echaron a Falcioni que gano un campeonato por 12 pts, finalista de la copa libertadores(se perdio porque el señor 10 fue para atras, si ganabamos esa copa, como lo hacia echar a falcioni).
Lo unico que se le puede reprochar a esta dirigencia es no tener los huevos para echar a la gente que esta dañando el club. Gracias Carlos, pero por el bien de Boca, da un paso al costado.
Opino igual que el comentario anterior. Hay mucha politica en el medio y se juzgo injustamente a falcioni ( en mas de una oportunidad dijo q el tiempo le daria la razon) hasta maradona salio a bancarlo diciendo q boca estaba tomando una mala decision. Angelici deberia saber, y darse cuenta de una vez por todas, q si el gano las elecciones es porque la gran mayoria de la gente de boca es HINCHA DEL CLUB, y si lo q la mayoria quisiera seria un riquelme due?o de boca, ameal hubiese sido electo. Abrazo
Coincido en todo lo que decís Chavo.
Digo, todos respetamos a Bianchi porque nos dio todo y es el DT mas ganador de la historia, pero, acaso Boca no le dio todo a Bianchi y lo hizo ganar todo a el también, creo que es reciproco el agradecimiento. Y por respeto al club que te brindo todo, y a la gente que lo respeta como nunca respeto a nadie, es hora de dejar de hacerle daño, dejar la soberbia de lado y decir hasta acá llegue.
Futbolisticamente es lo que vos decís Chavo, es un descontrol desde hace 18 meses, esto no tiene solución, no lo acomoda mas, quizás Bianchi sea un excelente DT, pero con Carlos Ischia y el Ruso Ribolzi al lado, el cuerpo técnico tiene que estar bien armado, sino pasa lo que esta pasando.
Solamente decir, muchas gracias Carlos, pero es momento de seguir por caminos diferentes.
Saludos Chavo.
Buenisima tu reseña Chaco, mas claro imposible , seria bueno q Angelici asuma su responsa Y SE VAYA
Chavo, coincido sólo en parte… qué le costaba al lamentable presidente que tenemos, darle a Bianchi la posibilidad de estar hasta el domingo ante Velez. Carlos se lo dijo en la reunión del jueves a la mañana: «si no se da un resultado positivo, doy un paso al costado».angelici le dijo que sí y por la tarde lo traicionó, no a cualquiera, sino al DT más ganador de la historia de Boca. Encima los dirigentes le mandaron esta mañana a la barra para presionarlo a que renuncie. Todo muy turbio. Si Boca «está por encima de todo y de todo», debería renunciar, porque cambió su opinión matutina porque los dirigentes amenazaron con renunciar en masa, si Bianchi seguía un día más… Váyase Angelici, deje de hacer negocios con China, destrozando a las Inferiores, basta de querer jubilar a la Bombonera, basta de querer hacer lo que hizo Macri: usar a Boca como trampolín político…
Cuando vino Bianchi estábamos todos de acuerdo. El último Falcioni era malo. Y ya se avisoraba este boca desabrido y manoseado, cansado del personalismo de Riquelme y otros. Lamentablemente Carlos no pudo revertir esto y se lo comió también. Es hora de que los jugadores, dirigentes e hinchas tiremos todos para el mismo lado y salgamos adelante.
Nadie duda que Boca jugaba cada vez peor y el ciclo de Bianchi estaba agotado. Lo que los hinchas de Boca le cuestionamos al impresentable presidente que tenemos son sus formas, los ídolos merecen un respeto distinto porque se lo han ganado con méritos propios. El manoseo con Riquelme del «le renuevo, no le renuevo, lo vemos más adelante» sabiendo que la paciencia del 10 es más bien corta, y ahora echar al técnico más ganador de la historia del club, traicionando incluso su propia palabra de unas horas antes, demuestran que no está a la altura de un club tan grande. Lamentablemente aún debemos soportarlo casi un año y medio más, al menos espero que tome decisiones por sí mismo, que deje de consultarle todo a su hacedor Macri, que deje de hablar por su boca y escuchar por sus oídos. Que entiendan él y Macri que Boca es un club popular y que deje de pensar en los turistas y los negociados internacionales y vuelva a abrir la Bombonera a sus verdaderos dueños, esos que laburan toda la semana con el anhelo que el domingo van a ver a Boca. Señor Angelici no se confunda, los socios pueden haberlo votado pero el corazón del hincha de Boca está en el latir de la Bombonera cada domingo recordará por siempre que Ud. echó a las dos glorias máximas de nuestro club.