Parece mentira, pero el Tata Martino tiene mejor la voz en esta noche de miércoles casi jueves de Düsseldorf que el domingo a la mañana, cuando pisó tierra alemana en Frankfurt. «Es la segunda vez en mi vida que vengo a Alemania. En la primera, fui a Dortmund a hablar con Lucas Barrios para llevarlo a la Selección de Paraguay», había dicho en una charla a la pasada en el aeropuerto que nos recibió tras 14 horas de vuelo.
Este escenario es otro. Es en el interior del Esprit Arena, donde Argentina acaba de golear 4-2 a Alemania con un primer tiempo notable y un segundo tiempo con algún sofocón.
Los dos solos, el Tata y este periodista, conversamos sobre lo que pasó, sobre lo que no pasó y sobre lo que va a pasar.
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